En el Colegio San Francisco Javier vivimos con gran alegría la reciente salida solidaria de los cursos de Kinder, una experiencia que tuvo lugar en la Plaza de Armas de Puerto Montt y que permitió a los niños y niñas más pequeños de nuestra comunidad escolar compartir gestos de fraternidad y esperanza con la ciudad.
Inspirados en el legado de San Alberto Hurtado, patrono de la solidaridad en Chile, los estudiantes vivieron una jornada cargada de sencillez, alegría y entrega. Acompañados por sus educadoras y apoderados, llevaron adelante una actividad que buscó sembrar pequeños signos de servicio y amor al prójimo en medio de la rutina diaria de quienes transitaban por el corazón de la ciudad.
Durante la salida, los niños y niñas realizaron diversos gestos solidarios que despertaron sonrisas y sorpresa en los transeúntes. Repartieron abrazos, compartieron mensajes positivos escritos con entusiasmo y creatividad, y animaron a las personas a participar en dinámicas grupales que promovieron la fraternidad y el encuentro. En medio de la vorágine urbana, su presencia y acciones se transformaron en un llamado a detenerse, mirar al otro y reconocer la importancia de los pequeños gestos que hacen la diferencia.
Como parte de la actividad, los estudiantes también visitaron la Catedral de Puerto Montt, donde pudieron conocer más sobre la vida religiosa en la ciudad y reflexionar sobre los valores de respeto, comunidad y fe que forman parte de la tradición local. Esta instancia permitió vincular la experiencia solidaria con un aprendizaje más amplio sobre la historia y la espiritualidad de la ciudad, enriqueciendo la formación integral de los niños y niñas.
Este tipo de iniciativas se enmarca en el Proyecto Educativo del Colegio San Francisco Javier, que busca formar personas conscientes, competentes, compasivas y comprometidas, inspirado en la espiritualidad ignaciana. La actitud de servicio, que se busca cultivar desde los primeros años escolares, se hace vida en instancias como esta, donde los estudiantes aprenden que la solidaridad no es solo un valor, sino una forma concreta de construir una sociedad más justa y fraterna.
La experiencia vivida por los cursos de Kinder refleja la importancia de sembrar desde la infancia una mirada atenta hacia el prójimo, desarrollando la empatía y la sensibilidad social como parte de su formación integral. Como colegio, creemos firmemente que el aprendizaje no se limita a las salas de clases, sino que también se proyecta en la capacidad de los estudiantes para transformar su entorno con acciones simples pero profundas.










