En el Colegio San Francisco Javier de Puerto Montt, vivimos con profunda alegría la celebración de la Primera Comunión de nuestros estudiantes de 4° básico, quienes el pasado sábado 11 de octubre recibieron este importante sacramento acompañados de sus familias, catequistas y educadores. La jornada fue un momento de encuentro, oración y gratitud, que reflejó el espíritu de comunidad que nos une y la centralidad de la fe en nuestro proyecto educativo.
La Primera Comunión marca un paso significativo en la iniciación cristiana de nuestros estudiantes, quienes se prepararon durante el año a través de un proceso de formación integral que busca no solo transmitir conocimientos, sino también vivir la fe en comunidad. En este camino, las familias desempeñaron un rol fundamental, participando activamente en encuentros y momentos de reflexión que fortalecieron el acompañamiento espiritual y el sentido de pertenencia a la comunidad educativa.
De manera paralela, la asignatura de Religión ha tenido un papel esencial en este proceso, integrando los contenidos teológicos y pastorales que permiten a los niños y niñas comprender el valor y el significado del sacramento dentro de su vida cristiana. A través de experiencias pedagógicas, momentos de oración y espacios de diálogo, los estudiantes profundizaron en el sentido de la Eucaristía como encuentro con Jesús y como invitación a vivir su mensaje en la vida cotidiana.
Esta celebración es, sin duda, una expresión viva de lo que constituye el corazón de nuestro proyecto educativo: la vida de fe y el seguimiento de Jesús como modelo de servicio, amor y fraternidad. En torno a este acontecimiento, toda la comunidad —familias, docentes, catequistas y compañeros de nivel— se reunió para acompañar y celebrar junto a los niños, fortaleciendo el vínculo comunitario que da identidad a nuestro colegio.
Desde el Colegio San Francisco Javier, expresamos nuestro agradecimiento y reconocimiento a quienes hicieron posible esta hermosa jornada de fe compartida: a las familias por su compromiso, a los catequistas y profesores por su dedicación, y especialmente a nuestros estudiantes de 4° básico, quienes han dado un nuevo paso en su camino de fe, acercándose con alegría y esperanza a la mesa del Señor.