En un ambiente lleno de emoción y alegría, los niños de Kínder del Colegio San Francisco Javier de Puerto Montt celebraron recientemente el cierre de su etapa preescolar con hermosas liturgias organizadas por el equipo educativo y pastoral del colegio. Estos encuentros no solo marcaron el fin de una importante etapa en la vida de los pequeños, sino que también ofrecieron un espacio para reflexionar sobre el camino recorrido y agradecer por los logros alcanzados. Durante la ceremonia, los niños y sus familias compartieron momentos de oración, cantos y simbolismos que subrayaron los valores jesuitas que guían la misión del colegio. Las liturgias destacaron el papel de la comunidad educativa en fomentar un desarrollo integral desde los primeros años, combinando aspectos académicos, socioemocionales y espirituales en un entorno de amor y cuidado.
El paso por la educación preescolar es una etapa clave en la vida de cualquier niño. En el Colegio San Francisco Javier, se reconoce que la estimulación temprana es fundamental para sentar las bases de un aprendizaje sólido. Las actividades diseñadas para los niveles iniciales no solo promueven habilidades cognitivas esenciales, como el pensamiento crítico y la creatividad, sino que también potencian el desarrollo socioemocional, permitiendo a los niños aprender a relacionarse con otros, expresar sus emociones y construir una autoestima positiva.
«En esta etapa formativa, buscamos que los niños no solo adquieran conocimientos, sino que también crezcan como personas íntegras y comprometidas con los valores que nos definen como comunidad», señaló Gianinna Baselli directora de Primer Ciclo.
La educación inicial en el Colegio San Francisco Javier está cuidadosamente diseñada para acompañar a los niños en su descubrimiento del mundo, desarrollando habilidades que serán cruciales en los próximos años escolares. Además, se busca que el componente espiritual sea un pilar fundamental en su formación, ayudándolos a conectar con su fe y con los demás desde una perspectiva de empatía y solidaridad.
El cierre de la etapa de Kínder no solo es un hito para los estudiantes, sino también para sus familias y docentes, quienes han sido testigos de su crecimiento y evolución. Las liturgias celebradas reafirmaron el compromiso del colegio con la excelencia educativa y la formación de futuros líderes comprometidos con su comunidad y el mundo. ¡Felicitamos a todos los pequeños y les deseamos un exitoso camino en su nueva etapa escolar en la enseñanza básica!