En el marco del aniversario número 165 del Colegio San Francisco Javier de Puerto Montt, durante este año se han realizado emotivos encuentros de exalumnos que celebran la rica historia y tradición de la institución jesuita. Estos eventos han reunido a generaciones de egresados en un ambiente de camaradería, recuerdos y reflexión sobre el legado del colegio en la formación de líderes y ciudadanos comprometidos.

Fueron las generaciones de 1964 y 1974 que se reunieron para recordar los buenos tiempos y las experiencias compartidas en su paso por el San Javier de Guillermo Gallardo. Los encuentros han incluido espacios de convivencia e incluso recorridos por las instalaciones del colegio, donde muchos volvieron a pisar sus antiguos salones de clases. Particularmente la generación de 1964, al cumplir 60 años de egreso, se reunió con quien fue su profesora Flor Araneda. Por otro lado, la generación de 1974, al cumplir 50 años de egreso, se congregaron en la Capilla San José junto al capellán de nuestro colegio P. Cristian Contreras S.J.

La directora del colegio, Ximena Schnettler, destacó el valor de estas reuniones como un puente entre el pasado y el presente de la institución. “Me parece increíble ver cómo trascienden los vínculos con el  paso de los años. Una expresión de los 165 años de historia y de la identidad que se mantiene firme y presente en el San Javier”, afirmó. Según Schnettler, estos encuentros no solo celebran los logros de los exalumnos, sino que también refuerzan la importancia de los valores ignacianos que han perdurado a lo largo de las décadas.

Los exalumnos, por su parte, han valorado la oportunidad de reencontrarse con antiguos compañeros y maestros, así como de compartir cómo sus experiencias en el San Francisco Javier han marcado sus vidas. Algunos, incluso, han expresado su intención de organizar actividades futuras que permitan fortalecer la red de exalumnos y colaborar con proyectos sociales en la comunidad. Con estos encuentros, el Colegio San Francisco Javier reafirma su compromiso de mantener viva la memoria y el espíritu que lo han convertido en un pilar educativo de Puerto Montt durante más de un siglo y medio.