El Colegio San Francisco Javier realizó una importante donación al Museo Histórico de Puerto Montt Juan Pablo I, en un gesto que destaca su compromiso con la preservación del patrimonio histórico y cultural de la ciudad. La contribución consiste en un conjunto de piezas de madera y cancagua provenientes de la antigua edificación del colegio y comunidad jesuita, construida en 1893 por el reconocido carpintero Teodoro Rehbein.
Estas piezas, retiradas durante trabajos de mejora efectuados en 2022 por la empresa Restauro Spa, incluyen elementos arquitectónicos de gran valor histórico, entre ellos:
- Nueve cimientos de piedras cancagua.
- Un basamento en “L” de pellín, con ensamble candado, correspondiente a una solera de suelo.
- Una unión caja espiga inferior de pie derecho con solera de piso.
- Un pie derecho con cola de milano de media madera inferior.
Estas piezas se integrarán a la museografía permanente del museo, permitiendo a los visitantes conocer de cerca la arquitectura y técnicas constructivas del siglo XIX. “Consideramos que el acceso público a este material contribuirá significativamente a promover y difundir el valor patrimonial y arquitectónico de nuestra ciudad”, destacó la institución.
El edificio donante es uno de los cuatro vestigios arquitectónicos del siglo XIX que permanecen en pie en Puerto Montt, junto a la Capilla San José (1872), la Torre Campanario (1890) y la Catedral (1896). Construido en una época en que la ciudad comenzaba a consolidarse, el antiguo colegio y comunidad jesuita es testimonio vivo del desarrollo urbano y cultural de Puerto Montt.
El Colegio San Francisco Javier, fundado originalmente como “Escuela San José” el 24 de marzo de 1859, apenas seis años después de la fundación de la ciudad, mantiene un estrecho vínculo histórico con la comunidad local. Esta donación reafirma su papel como un actor clave en la conservación de la memoria patrimonial, demostrando que el legado arquitectónico es una herramienta poderosa para fortalecer la identidad cultural.
“Este gesto no solo es un tributo a nuestra historia compartida, sino también una invitación a valorar y preservar nuestro patrimonio para las futuras generaciones”, destacó la directora del establecimiento Ximena Schnettler. Con esta acción, el San Francisco Javier se posiciona como un referente en la protección del pasado de Puerto Montt, transformando sus tradiciones en un puente hacia el futuro.